Revinculación familiar, la experiencia del único CET semiabierto con población femenina del país

Revinculación familiar, la experiencia del único CET semiabierto con población femenina del país

El año 2012 se concreta la creación del CET femenino semiabierto de Santiago, el cual buscaba dignificar el trabajo que las mujeres venían haciendo hasta la fecha en los CET. La idea fue gestada por quien hoy es el Director Nacional de Gendarmería, Coronel Christian Alveal, quien en su paso por la Jefatura del CPF de Santiago, pudo advertir que la población femenina tenía pocas alternativas de trabajo que les permitiera sustentar a sus familias una vez cumplida su condena.

Lo primero que hay que tener presente es que las mujeres viven la reclusión de manera muy distinta a los hombres, en términos generales, reciben menos apoyo de sus parejas y suelen vivir el encierro en soledad. Otro aspecto relevante, es que la mayoría de ellas sienten que perdieron a sus familias, por lo tanto su principal meta es poder recuperar el cuidado de sus hijos, volver a vincularse con ellos y poder entregarles un sustento económico fuera del mundo delictual. Y es en estos objetivos que el CET femenino semiabierto de Santiago logra destacarse positivamente, porque se han centrado en apoyarlas en todas las variables del proceso, es decir, desde la intervención psico-social personalizada para trabajar temáticas concretas en cada usuaria, hasta ofrecerles un trabajo bien remunerado y altamente calificado, con el cual pueden apoyar económicamente a sus familias desde que comienzan a cumplir su condena en el CET, con una alta proyección y colocación laboral una vez que terminan su condena. Lo anterior, ya que participan de capacitaciones obteniendo certificaciones en el rubro de aseo industrial y manipulación de alimentos, dichas certificaciones indudablemente les concede un plus en la búsqueda de empleo en el medio libre.

Además del tema productivo, también se realizan actividades en el Centro para que las usuarias puedan pasar tiempo de calidad con sus hijos, dentro de las cuales se destacan las celebraciones de navidad y día del niño. Por otro lado, siempre y cuando se cumpla con los requisitos que establece la ley, los cuales regulan el accionar de todo CET, se les permite acudir a reuniones de apoderados y acompañar a sus hijos a citas médicas, aportando de esta manera a la revinculación familiar.

La actual jefa del CET, Teniente Marilyn Martínez, quien además de ser oficial penitenciaria también es Trabajadora Social, señala que “trabajar en reinserción social es una de las funciones más gratificantes que un funcionario uniformado puede desarrollar, ya que en cierta medida nos permite despojarnos de ese rol un poco más duro enfocado solo a la seguridad, entendiendo las conductas o las diversas razones que influyen en un ser humano para cometer un ilícito, y desde esa mirada ir comprendiendo al privado de libertad, y tratándolo como sujeto de derechos, haciéndonos parte de los diferentes procesos de cambio que viven nuestros usuarios". Su fuerte compromiso con la reinserción social ha sido dulce y agraz, pues si bien ha visto logros importantes en las usuarias, como por ejemplo, ver a mujeres con deficientes habilidades cognitivas y escasos conocimientos académicos formales, quienes consideraban el delito como la única fuente laboral a la que podrían acceder, hoy día en el desarrollo de estos procesos de cambio, han sido capaces de derribar las barreras autoimpuestas, y han conseguido comprender que pese a las limitantes, son mujeres capaces de aprender un oficio y que una vez cumplida la condena, desde el punto de vista técnico podrán postular a un trabajo en igualdad de condiciones, también ha visto a otras que teniendo un futuro prometedor, y otorgándole todas las oportunidades existentes, han fallado. Frente a esto, ella se mantiene firme “es parte del proceso de reinserción, son vaivenes de lo que implica trabajar contribuyendo al cambio de las personas. Creo profundamente que el cambio es posible, porque día a día vamos viendo avances y logros concretos".

El único CET semiabierto femenino del país ofrece los servicios de lavandería, aseo industrial y manipulación de alimentos. Precisamente son los dos últimos los que concentran el mayor interés de las usuarias, porque les permite aprender a utilizar maquinaria especializada, que les entrega las herramientas necesarias para optar a un trabajo estable y reinsertarse en la sociedad.

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