Sendero turístico en Vilcún, la primera experiencia dentro de un recinto penitenciario

Sendero turístico en Vilcún, la primera experiencia dentro de un recinto penitenciario

A menos de una hora de la capital Regional de La Araucanía, se encuentra el Centro de Educación y Trabajo de Vilcún, abarcando un área de 2.042 hectáreas - de las cuales 680 son de bosque nativo- , lo cual sitúa al CET como la segunda reserva más grande de la región que no se encuentra protegida.

La idea del sendero comienza a fraguarse en el año 2016, fecha en la cual deciden tomar contacto con CONAF. Con la idea de poder realizar alguna actividad en la zona, se crea una mesa de expertos que les entregaría toda la asesoría técnica para avanzar y construir el proyecto.

El sendero construido cuenta con una extensión de 5 kilómetros, su diseño estuvo a cargo de CONAF y la construcción fue realizada por los mismos privados de libertad, que cumplen condena en el CET. Debido a las condiciones climáticas características de la ciudad, las obras de construcción demoraron aproximadamente 2 años en completarse, inaugurándose finalmente el año 2018 con la presencia de autoridades institucionales, locales y la comunidad en general.

Actualmente el sendero cuenta con 3 rutas diferenciadas, siendo la más extensa aquella que abarca la totalidad del sendero correspondiente a los 5 kilómetros. La segunda ruta está focalizada en personas con movilidad reducida, por lo tanto cuenta con plataformas y caminos que facilitan su recorrido, y la tercera, que comprende una longitud bastante más acotada, se convierte en un panorama ideal para disfrutar en familia y en compañía de niños pequeños.

¿Qué nos ofrece este sendero?

En todas las rutas del sendero “El ermitaño y los camperos de la invernada”, los visitantes podrán encontrar:

  1. Miradores al valle con avistamiento de flora y fauna nativa, mucha de ella en peligro de extinción.
  2. Dos ríos en donde se pueden observar pejerreyes y salmones, lo que atrae a la especie Martín Pescador y Chucao. 
  3. Caídas de aguas y puentes que van conduciéndolos a la internación del bosque nativo.           
  4. Dada la abundancia de frutos que se encuentran en el CET todo el año, es posible hacer recolección  de avellanas, copihues, digueñes, changles, morchella, gargales, castañas, moras, frambuesas y otros.

      El sendero además tiene toda su señalética en mapudungún, lo cual le entrega una connotación intercultural, ya que todas las personas son bienvenidas para compartir sus experiencias.

      El recorrido es acompañado por un grupo de 3 internos, quienes además construyeron las rutas, por lo tanto además de guiar, cuentan las anécdotas del proyecto y entregan datos específicos de la zona. El sector además ofrece múltiples ecosistemas que coexisten de manera natural, y que se han mantenido protegidos pese a la construcción de las rutas.

      Dentro de los proyectos futuros ligados al sendero turístico, el CET apunta a ofrecer “baños de bosque”, práctica oriental que busca llevar a las personas a conectarse con todo lo que ofrece la naturaleza, para lograr procesos de concentración y relajación, ya que Vilcún es un escenario ideal para lograrlo.

      Otro de los servicios que el sendero tiene para ofrecer (una vez las condiciones sanitarias lo permitan), corresponde a actividades guiadas para grupos particulares, empresas y/o colegios, con la finalidad de fortalecer el trabajo en equipo, el autocuidado, y otras actividades de la misma índole que se puedan realizar al aire libre.

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